La industria aseguradora es una de las más reguladas en el mundo, por lo que presenta una serie de barreras que dificultan la incorporación de la tecnología en sus procesos de trabajo. Principalmente, estos obstáculos tienen que ver con la lentitud de los procesos burocráticos, la resistencia al cambio y el uso de sistemas anticuados.

Sin embargo, en estas barreras es donde encontramos las oportunidades para aplicar la tecnología. El uso de las nuevas tecnologías permite a la industria agilizar la gestión de las reclamaciones, mejorar el servicio al cliente reduciendo los tiempos de espera y mejorando la precisión de las respuestas, o innovando en la creación de productos digitales que respondan mejor a las necesidades de los clientes.

Al aplicar las nuevas tecnologías al sector asegurador, se forman procesos complejos por los que deben navegar los no profesionales de la tecnología. Sin embargo, para simplificar estas herramientas y hacerlas más fáciles de usar, las aseguradoras pueden ofrecer formación y apoyo para ayudar a sus clientes a comprenderlas eficazmente.

Además, las aseguradoras pueden realizar un estudio para averiguar qué áreas de la empresa son las que más apoyo tecnológico necesitan, y posteriormente buscar ese apoyo en empresas que sean fuertes en innovación y desarrollo tecnológico. Por eso, la unión con las InsurTech es la respuesta que el sector necesita para lograr la digitalización de sus métodos de trabajo de forma rápida y eficaz.

En definitiva, a través de la formación, el conocimiento de las necesidades del sector y el apoyo en empresas como las InsurTech, las aseguradoras pueden incorporar con éxito las herramientas tecnológicas para los profesionales no tecnológicos.

El futuro del sector asegurador es claramente tecnológico, por eso, los profesionales del seguro deben adaptarse para seguir siendo competitivos y enfrentarse a los retos que la tecnología presenta. Quienes no lo hagan, se quedarán atrás y perderán oportunidades clave.

Al aprovechar las nuevas tecnologías, las aseguradoras comerciales pueden obtener una ventaja competitiva, mejorar la eficiencia operativa y ofrecer servicios más precisos y personalizados. Según una encuesta de LIMRA, el 74% de las aseguradoras afirma que el uso de la tecnología aceleró la suscripción y redujo el tiempo de espera de las pólizas, así como los costes de emisión de pólizas.

En definitiva, la tecnología debe ser accesible para todos los profesionales que forman parte de una industria como la aseguradora, y para lograrlo invertir en formación y buscar el apoyo de empresas con fuertes conocimientos tecnológicos permitirá al sector avanzar hacia las nuevas necesidades de los clientes.