2021 ha sido el año del emprendimiento y, sin duda, la pandemia ha sido un factor crucial para ello. Según Techcrunch, el mercado mundial de las startups ha recaudado un máximo histórico de 158.000 millones en el último trimestre. Cada día, dos startups se convierten en unicornios.

Teniendo en cuenta estos datos, es natural que cada vez más inversores se fijen en ellas. En cuanto a sectores, las startups tecnológicas son las favoritas en las que invertir. Pero los llamados business angels no son los únicos interesados.

En abril, Carrefour, anunció el lanzamiento de un fondo para invertir en startups de retail digital. Decathlon, por su parte, acaba de anunciar una nueva edición de su programa «Supported by Decathlon» con el que apoya a empresas emergentes de ‘retailtech’ y ‘datatech’ aplicadas a la industria del deporte.

Como los propietarios de pequeñas empresas, los fundadores de startups gestionan muchos asuntos al mismo tiempo. Son los reyes de la multitarea y, además de las operativas, tienen que motivar a su equipo. Por ello, es habitual que no tengan tiempo de buscar un seguro para su empresa.

·Diferente estructura, mismos riesgos.

Las startups son diferentes de los negocios tradicionales, no obstante, también están expuestas a diversos riesgos. Además de los riesgos tradicionales como averías, robos, accidentes laborales, etc. Las empresas tecnológicas se enfrentan a riesgos intrínsecos a los negocios online, como la violación de datos o los ciberataques.

·Los datos son el nuevo oro

Que los datos son el activo más valioso para una empresa ya no es una novedad. Cualquier empresa necesita proteger sus datos, especialmente la información de los clientes. Las consecuencias de un ciberataque pueden ser devastadoras para una empresa, especialmente para las tecnológicas. Por no hablar de los gastos asociados para solucionarlo.

·Los seguros atraen a inversores y a otras empresas

Los inversores son conscientes de los riesgos de las startups y a menudo les exigen que tengan un seguro. En este sentido, las startups que ya están aseguradas demuestran un mayor grado de madurez y profesionalidad. Los inversores entienden que sus fundadores son conscientes de los riesgos a los que se enfrentan y, lejos de ignorarlos, los afrontan. Por ello, contar con un seguro será fundamental para la decisión del inversor.

Pero no sólo los inversores aprecian el hecho de que una startup tenga un seguro, sino que algunas empresas también lo exigen antes de cerrar un acuerdo o firmar un contrato. Por ejemplo, si la startup vende productos a través de Amazon, normalmente éste último le pedirá un seguro.